Hace años Isabel Gil viene trabajando el tema de las casas abandonadas e invadidas, rodeadas, o incluso destruidas a causa de la vegetación. Esas ruinas que hablan de la presencia humana, que en un momento pudo llegar a controlar el entorno en el que se construyeron, pero que en cuestión de muy pocos años, muestran su fragilidad, lo mismo que nuestros cuerpos y nuestras vidas.
Esta visión del paisaje se hace desde el asombro quieto, el momento de calma en el que uno se para a contemplar y ser consciente de que somos parte de él.
Su trabajo aborda desde distintas aproximaciones plásticas, la idea de simultanear en un mismo plano distintos tiempos. Dibujo, pintura, retrato o figuras alegóricas, pero siempre subyace la misma idea: pasado y presente en una misma imagen, de aspecto realista pero no tan literal a la realidad como parece.
“Me interesa representar el paso del tiempo y las cosas efímeras: la persistencia de la naturaleza frente a lo humano”.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia. Compagina su labor artística con su propio taller en Gijón/Xixón, La barba blanca, en el que imparte clases de arte para mayores y pequeños desde el año 2013.
Desde que terminó la carrera se ha mantenido en activo, participando en concursos y exposiciones colectivas e individuales. Desde hace unos años forma parte de la cantera de artistas representados por la galería Espacio Líquido de Gijón.

La Sala 1 del Centro de Cultura Antiguo Instituto acoge la exposición Volver de la artista Isabel Gil, un proyecto subvencionado dentro de la convocatoria de apoyo a la creación artística contemporánea de la FMCE y UP del Ayuntamiento de Gijón/Xixón.